Préstamos rápidos para llegar a fin de mes

 

 

 

Préstamos rápidos para llegar a fin de mes

Desde que la crisis económica explotó en 2008, miles son las familias que han tenido problemas para llegar a fin de mes. Aunque la situación haya llegado a la relativa estabilidad en la que nos hallamos actualmente, todavía queda mucho camino por recorrer si queremos dejar de pasarlo mal en las últimas fechas de cada mensualidad. Sin embargo, ante la imposibilidad de llegar puntualmente a fin de mes, podemos ayudarnos de los minicréditos rápidos para cubrir todas nuestras necesidades básicas. Ahora bien, nunca deberán ser sustitutivos de ingresos regulares de ningún tipo.

Variedad de ofertas en el mercado financiero

Afortunadamente para nosotros, existe un gran abanico de empresas a las que podremos acudir si necesitamos financiación inmediata para llegar a fin de mes. El sector avanza y con él lo hacen sus ofertas, de cuyas ventajas podremos aprovecharnos si sabemos cómo y dónde buscar.

 

Con los préstamos rápidos podremos gozar de liquidez inmediata sin siquiera tener que especificar la finalidad. Si cumplimos los requisitos y les enviamos la documentación necesaria, podremos recibir varios cientos de euros en apenas 15 minutos. Podremos llegar a conseguir préstamos rápidos sin ningún coste, es decir, que solo deberemos devolver el importe solicitado.

Las cuentas no salen, no se cubren los gastos, ¿qué podemos hacer? Pedir un préstamo personal puede parecer una solución pero supone devolver esta cantidad con sus intereses agravando el problema mes tras mes. Por ello, antes, debemos analizar sus beneficios y riesgos. Y es que antes de pedir un préstamo debemos reconsiderar todos los gastos, plantear todo recorte necesario, y ver el resto de las opciones. Aunque optemos por el préstamo, cualquier disminución del gasto ayudará a asumir futuros costes.

Si finalmente elegimos la opción de solicitar financiación, en primer lugar hay que hacer números, buscar el préstamo personal más rentable. Los créditos al consumo han visto elevar su tipo de interés a la vez que se disminuye su concesión, por lo que buscar y negociar condiciones es más largo y complicado. No debemos abusar de cantidad. Buscamos un préstamo para solventar un problema puntual de liquidez; otros fines lo único que conseguirán es que agravemos con un nuevo gasto.

Qué tenemos que tener en cuenta

Las dos variables más importantes de un préstamo son el precio y el plazo. Ambas determinarán el coste total de la operación y la carga financiera que soportarán nuestros bolsillos. El precio viene determinado por la TAE, variable que engloba tanto el interés de la operación como todas las comisiones y otros gastos obligados para su concesión (como puede ser gastos de notaría o fedatario público). En los préstamos personales suele ser muy común las comisiones de apertura y también las de estudio y la imputación de ambas eleva el coste de la operación, teniendo en cuenta que se cobran al principio restando de la cantidad que nos va a prestar el Banco.

El plazo es el segundo factor determinante. A más plazo las cuotas son inferiores pero el coste total de la operación se dispara. Por ello es importante elegir aquel plazo que nos permita pagar la máxima cuota. Para disminuir la misma es también importante que las comisiones de amortización, tanto la total como la parcial, sean lo más bajas posible o mejor aún que no existan. Amortizar un préstamo en la medida que podamos nos ayudará a conseguir un ahorro global.

Sólo para problemas coyunturales

Lo más importante es no perder la perspectiva y no “engañarnos a nosotros mismos”; debemos huir del “efecto pelota”, pedir un préstamo para cubrir otras deudas, ya que podemos entrar una escalada que se puede romper drásticamente cuando se corte la concesión y encontrarnos con una deuda inasumible. Lo mismo ocurre con las Tarjetas de Crédito, que actualmente tienen la misma consideración de crédito al consumo “pre concedido”.

Por el contrario, si tenemos un horizonte de ingresos en el futuro y el problema es coyuntural, no es mala idea, pero en este caso a la hora de negociar el préstamo consideremos aspectos importantes como la comisión de cancelación total o parcial. Si conseguimos el equilibrio en el futuro de nuestras cuentas, utilizar dinero que nos sobre para disminuir la deuda será un alivio para nuestro bolsillo. Por tanto, las claves son: nunca pedir un préstamo que no podamos pagar y huir siempre de cubrir deudas con otras deudas ya que el efecto final puede ser catastrófico para nuestras finanzas personales y, si lo hacemos, amortizarlo en el menor tiempo posible.

Advertencias básicas sobre los préstamos rápidos

Podemos aprovecharnos de las ventajas de estos productos financieros tan fugaces, pero esta velocidad en las gestiones no nos resultará gratuita. Los préstamos rápidos son precisamente los tipos de préstamos más caros del mercado. Y es que pueden llegar a cobrarnos casi 40 euros al mes por cada 100 que pidamos.

Este es uno de los motivos por los que no es recomendable en absoluto que sirvan como sustitución de ingresos regulares, ya que en ningún caso nos saldrá rentable. Además, debemos tener en cuenta que los plazos de reembolso son muy cortos, generalmente de un mes, por lo que deberemos organizarnos bien para no caer en impago, caso en el que los intereses aumentarían.

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Desde que la crisis económica explotó en 2008, miles son las familias que han tenido problemas para llegar a fin de mes. Aunque la situación haya llegado a

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2023-12-18

 

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