Créditos y préstamos para emprendedores
Aunque difícil, son multitud las ocasiones en donde una empresa arranca a partir de una financiación externa, es decir, aquella financiación que ha salido no de los propios recursos del cliente sino que han salido de una entidad financiera, empresa…
Evidentemente las circunstancias actuales no son las mismas que las de pasados unos años atrás en donde sí que era mucho más fácil acceder a la financiación, ahora en cambio, las entidades financieras vigilan mucho más a quien prestan, no solo por el riesgo que asumen, sino porque la poca liquidez que tienen previsto destinar a financiar se “guarda” para las mejores operaciones.
A la hora de plantear una operación de este tipo ante la entidad financiera ha de haber un proyecto detrás. De nada sirve acudir a la entidad pensando en que el aval de la empresa es suficiente porque directamente nos rechazaran la operación (al igual que si fuéramos autónomos). Al banco hay que presentarle un proyecto, un proyecto que demuestre que la capacidad que tenemos para pagar la deuda es real y existe.
Este proyecto, partiendo de que se basa en expectativas (y el banco lo sabe) ya que el negocio aun no ha comenzado es conveniente hacerlo real y con documentación e información veraz.